
Y es que todos estos tienen identidad, o es la identidad de la masa la que los completa, por decirlo de algun modo. La que completa esa ausencia de caracter personal, que los identifica como individuos.
Por que un jovecito - a veces no tanto - vestido con el uniforma que le corresponde a cada uno de los nombres, no es él. Vemos en el a otro, o a otros. A una manifestacion cultural que ha decidido con más o menos trasfondo y tino - buen gusto - disfrazarse de tal o cual cosa. Y digo disfrazarse por que son pocos en realidad aquellos que realmente son lo que aparentan ser.
De entre ellos los visual hasta me parecen los más siceros. Sólo forma, sin fondo, y asumida tal ausencia de sentido desde su origen, siendo ese su sentido.
Pero del resto, nada. Todos han caido en una máscara de imagenes comunes que los hace desaparecer como tales, y aparecer sólo la comunidad, el conjunto, el montón, la masa. La masa de la que curiosamente, intentan distanciarse.
El asunto está en quecaer en eso, es tomar prestado un caracter, un modo, una individualidad de los primeros que alguna vez se vistieron y fueron así, por algo, un algo que ahora fue olvidado o al menos no internalizado. La influencia ha sido potente, pero, son personas o son una masa?
Por que influir sobre una persona es transmitirle nuestra propia alma. No piensa ya con sus pensamiento naturales ni se consume con sus pasiones naturales. Sus virtudes no son reales para ellas. Sus pecados, si es que hay algo semejante a pecados, son prestados. Se convierte en eso de una música ajena, un acto de una obra que no fue escrita para ella. El fin de la vida es el propio desenvolvimiento, realizar la propia naturaleza perfectamente, eso es lo que debemos hacer. Lo malo es que la gente estan asustadas de si mismas hoy día. Han olvidado el más elevado de todos los deberes: El deber para consigo mismo.
Pero no va el asunto en ponerse a criticar livianamente toda esa manga de personajes que llenan las ciudades hoy en día, a favor o en contra, más a la derecha o más a la izquierda de las urbes. Lo que nos interesa en esta reflexión es más lo segundo.
El fin de la vida, dice Henry, es el propio desenvolvimiento. Tal desenvolvimiento, es claramente personal, individual más bien, para mantener la escala de la óptica.
Y aquí llegamos a la prima máxima de las citas encontradas y seleccionadas de Lord Henry. Que hay muchas más, claramente, pero esta selección me deja bastante contento. Decíamos entonces sobre este comentario final de Lord Henry que reune, a mi juicio, lo mejor de su posición...
El deber para consigo mismo, que es el primero con el que llegamos al mundo y el primero que olvidamos.
No me quiero explayar en esto, sólo dejar una interrogante...
Cual es el deber para consigo mismo? Qué es lo que me debo a mi mismo?
Existe realmente ese deber? Hay algo que nos mueve, que nos da el aliento de vida y nos pone un proposito ante nuestros pies, al que le tenemos que rendir cuentas?
Ese deber tendrá que ver con el destino quizás, con la realización personal, o la salvación del alma?
En caso de existir ese Deber para consigo mismo, es una cosa que no parece ser tan arbitraria, pues no tiene que ver necesariamente con lo que queremos o con lo que nos gusta, si no con algo más profundo en la esencia de la persona, algo que seguramente nos hace recaer o nos hace dar cuenta de su existencia continuamente.
Es conocida la historia del guerrero que queria ser santo, y cuando fue a un templo Krishna a inciarse, le dijeron que su camino espiritual consistía primero en no negar su esencia. Así este debia en esta vida ser un guerrero, y quizás en otra ser un santo.
Es una fabula vieja, y poco aplicable por el extremo en el que se encuentra, y por que propone una idea de la cual no todos tienen -tenemos - por que estar de acuerdo - la reencarnación - pero es interesante darse cuenta que quizás si haya un algo que nos defina...
El que encuentre el propio, me cuenta...
Yo aún busco