dimanche, mai 27, 2007

Iniciando el Viaje

Tarde, siempre tarde, todos los viajes parten tarde... es como si el mundo estuviese ya listo cuando uno está recién partiendo, o quizás es uno el que no se da cuenta que el asunto ya empezó antes que nosotros hayamos movido nuestro cuerpo en pro de ese suceso.

Si nos fuesemos al final del viaje, momento que quizás ni siquiera exista en realidad, solo lo escogemos por una serie de factores hasta cierto punto gratuitos para decir que tal final existe y que si nos fijasemos en él, notariamos que el Viajero ni siquiera se dio cuenta cuando ya estaba totalmente embarcado en este asunto del que, aún en el inicio, no sabía si volvería. Y es extraño quizás para algunos que cuando decimos del Inicio de un viaje, nos estemos refiriendo de pronto al final, y es que una cosa sin la otra no pueden ser totalmente en sí mismas, digamos que son complementarias, que lo que está pasando hoy es parte de lo que pasó ayer de la misma forma que lo será de lo que pase mañana.

La línea que entendemos básicamente como Tiempo no siempre es tal, así como estas líneas de un metro, que son de un metro particular, aunque para este caso no nos importa cual, tienen esa cosa que le es propia al viaje, la Huella. Y es curioso que de tantos medios de transporte el tren es el único que logra dejar con elegancia el trazo de lo que pasó por ahí en dos bandas eternas de acero sobre unos durmientes de madera u hormigón. Entendemos claramente la escencia del inicio del viaje como algo que no es inmediato, un momento particular, una ruptura en el tiempo, si no que es el resultado natural de una serie de cosas que en resumidas cuentas nos llevan hasta alla, hasta que la desición que hace conciente aquello se nos aparece según lo comentábamos anteriormente.

El Inicio del viaje como sea tiene una cosa que la hace particular, y por la que hemos decidido recaer aquí, y es una lástima que hayan tantas cosas que decir que vamos a mencionar el tema de la Huella recién a la mitad del escrito.

La Huella es básicamente una seña de lo que pasa, podemos leer las huellas que deja el tiempo y enterarnos de muchas cosas si conocemos los símbolos, por ejemplo, si miramos, por primera vez en todo el relato, a nuestro Viajero, podríamos enterarnos de muchas cosas de su pasado, pero lamentablemente no conocemos los símbolos adecuados, se nos escaparían las particularidades en conceptos genericos y de poco peso objetivo. Sería como tratar de entender un libro en otro idioma del que se conocen apenas los articulos y las conjunciones.

Como sea, siendo la huella lo que está concentrando mi atención en éste momento, dentro de lo que significa este viaje que, ya con todo lo que hemos divagado, comenzó hace un rato, dejaré esta Huella de dicho evento, esperando que el lector entienda claramente a que nos referimos con lo que estamos diciendo, pues son las Huellas las que finalmente logramos reconocer como algo que, en el caso que nos importa, nos son propias, y nos ayudan a entender finalmente como es que llegamos a un lado, u a otro... o simplemente, a ninguno, que tales cosas pasan aún cuando los más racionalistas se esfuerzen en declarar esa imposibilidad.


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