jeudi, novembre 30, 2006

Tentación, pecado y placer

La mutilación salvaje tiene su trágica supervivencia en la renuncia de si mismo que frustra nuestras vidas. Y somos castigados por ello. Cada impulso que luchamos por estrangular germina en el espíritu y nos envenena. El cuerpo peca una vez y acaba con su pecado, pues la acción es una especie de purificación. Nada queda entonces, excepto el recuerdo de un placer o la voluptuosidad de un arrepentimiento. El único medio de liberarse de una tentación es ceder a ella. Resistid y vuestra alma enfermará de deseo por las cosas que se ha vedado a si misma, de conscupiscencia por aquello que sus leyes monstruosas han hecho ilícito y monstruoso.

Esto en muchos sentidos es una especie de estilo de vida... el problema para hablar de él, es que justamente, tiene muchos sentidos, o más claramente, muchos aspectos en el desarrollo del texto.

Al igual que el texto anterior, pertenece a Oscar Wilde, por boca de Lord Henry, en El Retrato de Dorian Gray, en donde Lord Henry nuevamente hace gala de una posición frente a lo que el considera un mundo moderno, tan tremendamente clara y personal. Poco aplaudida en esa época, seguramente, por alguien más que algunos intelectuales y activistas ilustrados.

Pero dejemos las discusiones teorico-literarias para otro día -u otro blog - donde le competan más esos temas, y centrémonos en lo que realmente atañe a este asunto. Aplicandolo a otro campo, como dice Barthes, enfoquemonos no en el studium del asunto, esa mirada, aunque profunda, carente de emoción, y vayamos un poco más al fondo, lo que él mismo Barthes señala como punctum, aquello que desgarra la imagen - en este caso, imagen literaria - que hace aparecer una "cosa otra" como dice Heidegger, la cosa que no es predicado, si no todo lo contrario, la cosa que devela la dualidad que manifiesta el arte en muchos sentidos, todos bastante profundos, como en este caso, la manifestación literaria de un pensamiento sobre uno de los temas más antiguos y discutidos de la historia. El Bien y el Mal. Si tal cosa existiese no solo como escencia, sería mucho más simple discutir sobre eso, sin embargo, la existencia escencial plantea una inexistencia absoluta en el plano de la realidad palpable, manifestandose sólo a un nivel de ideas. Sin embargo, las ideas al ser subjetivas y dependientes totalmente de demasiados factores externos, nos encontramos a que los juicios de valor apuntan más bien a, desde una posición personal, la calificacion de la tendencia general de un acto específico. Así sería mas correcto decir que tal o cual evento tiende más hacia lo bueno que hacia lo malo, o vice versa, jamás que es malo o bueno absolutamente.

Como sea, el punctum de la imagen literaria presente en este texto, para mí, y solo para quienes también compartan esta posición, se basa en la tentación, el pecado y el placer. Y es que está muy claro cuando parte comentando sobre la mutilación salvaje de lo que llama "sí mismo", el sí mismo, o el Yo, estaría mutilado según la época. Pero cuidado, que para no confundir a los más academicistas con ese Yo, no estamos hablando del Yo Freudiano, en tal caso, deberíamos, para hacernos entender según la idea del texto, el Ello lo que está mutilado. Hablaba más bien de un Yo como persona, individuo natural, que tiene una serie de componentes físicos, espirituales, emocionales, intelectuales, sociales, etc... que al entrar en relación forman esta cosa tan extraña que es el ser humano.

La psicologia le llama Neurosis al envenenamiento del que se habla ahí, pero sólo a un nivel técnico, pues el envenenamiento que propone Wilde tiene que ver con un alma marchita, que se niega a vivir, que no es capaz de ocupar los extremos de la vida, con un modo furioso y un caracter inmenso...

Y es luego, la oración que desarrolla al final lo que más potencia tiene -tal punctum- en todo ese fragmento;

El único medio de liberarse de una tentación es ceder a ella

La conclusión última a tal pensamiento. Qué hacer con la potecia de la tentación?
La represión neurótica que niega nuestros sentidos primigenios, o el abandono de las convenciones y el sumergimiento ciego en el placer de la tentación consumada.

Quizás ninguna de las dos, o más bien, un poquito de cada una. O mucho de una y poco de la otra, quien sabe. Por eso dije que esa cita puede ser un estilo de vida, determinando al menos, una variable nueva a considerar...

4 commentaires:

Anonyme a dit…

Tengo un comentario de un par de paginas, yace sobre mi velador, manuscrito en la madrugada de una noche en vela...tendras q pasar por aca un dia a leerlo!

WWN

Bogus! a dit…

Ya.. si supiera quien es... demah

Anonyme a dit…

a fan of your gipsy blood, of course....

Osvaldo Osorio a dit…

Que interesante texto. Creo que deriva de un estilo de vida. Me gustaría saber cuales son las consecuencias de lo que el llama liberarse cediendo a la tentación. Quiza no sea académico mi comentario, pero pienso que es un estilo de vida peligroso, dañino que atenta contra la vida, lo hermoso, lo verdaderamente deleitoso.